sábado, 8 de agosto de 2015

Quizás si quería morir,
pero la intención no era matarme.
Al principio sólo quería hacerme sufrir.




Pero entonces, conoces a la sangre.
Y te gusta, y quieres ver más.
Te preguntas cuánta tendrá que salir para que la mano pierda el color.
Aprietas y empieza a fluir.
Te preguntas a qué sabrá, entonces absorbes con la boca y tus dientes se van tiñendo de rojo,
Eres capaz de escupir sangre.
No me gusta, sabe a hierro, pero esta rica, me gusta.




No quieres matarte, sólo sufrir, lo sabes.
Pero es que algunos días sólo puedo pensar:
¡A la mierda, a la mierda, a la mierda..!




Entonces trazas una vertical

...y descubres que a pesar de no estar debajo del agua la sangre fluye igual, tan rápida que te preocupas de qué mierdas debe estar ocurriendo ahí dentro para que hasta ella tenga tantas ganas de escapar.



Pero te relajas y disfrutas, por que sólo querías más metáforas con las que poder jugar.