martes, 23 de abril de 2013

No lo hago a propósito... bueno, he de admitir que más de alguna vez me apeteces y conscientemente te busco, en mi mente, ahí siempre me estas esperando, con ansias de que me desvíe de esta realidad..

A veces no es suficiente, a veces necesito escribirlo (ya ves, que nunca verás), como acaricia la pluma el papel, -suave- como cuando la yema de tus dedos recorren mi piel;
la tinta que graba el papel como los arañazos de tu espalda, que, ni buscas, ni ves, pero te los hago cada anochecer.
Allí estás como siempre, entre mis piernas; en mi espalda, rodeando mi espalda; en mi nuca,

escultor de mis curvas,

tu obra de arte:     mi sonrisa

y

de musa:               mi cintura.

Ya me cansaré, que no me cansaría si tú a mi también me quisieras ver (y no fueras sólo mi autodefensa), mis ganas de respirar, qué respirar si me dejas sin aliento, mientras el tuyo humedece mi cuello...
...tus manos, -rozando-, -lento-, mi camisa desabrochada al nivel de tu sonrisa, entre tus sábanas, donde ya no vuelas en mi olor, (olvidemos) ahora voy a crear un nuevo sabor. Tengo mucho más escrito pero no quiero ir al infierno y seguro que prefieres seguir tú mismo este cuento..










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